Un hábito transformo mi mente
Un hábito transformo mi mente. Cuando y como sucedió fue hace poco, será
cuestión de unos años. Un hábito no se logra de la noche a la mañana precisa de
una absoluta entrega y perseverancia para llamarle hábito. Descontaminar la
mente es el hábito logrado a lo largo de cuatro años, casi cinco y digo que es
poco tiempo comparado con las décadas que llevo viviendo en este mundo. Todo sucedió cuando me percate que la mente poco a poco me
iba consumiendo, me iba deteriorando mente y cuerpo, fue entonces
cuando me di a la tarea de investigar cómo controlar tan nefasto desgaste, como
deshacerme de adversos pensamientos que me asolaban día y noche, pero por más intentos que realizara para no verme
invadida por ellos parecía que el destino se reía de mi pues volvían a
retornar. Recurrí a más de una práctica;
yoga, aromaterapia, pastillas, infusiones, que se yo. Todo resultaba inútil, entre más intentos realizara por
controlar la mente, mas desgastes vivía. Finalmente no hubo que hacer nada, para
deshacerme de tan nefasta basura que me habitaba, me percate que no era cuestión de prácticas o
recomendaciones de la periferia, era una situación interna, todo estaba sucediendo dentro de mí. Tenía un buen rato leyendo acerca de la meditación resultándome
difícil y complicada, cuando me atreví a dar los primeros pasos hacia ella, descubrí
que sería la única vía para hacer una profunda limpieza a la mente si realmente lo quería.
Por muchas décadas había vivido del exterior y sumado a ello mi deseo
por controlar la mente y esas las eran las causantes de tan fallidos intentos
por descontaminarla. Así que sin mayores búsquedas me concentre en la meditación
y sumada a ella erradique todo tipo de intoxicantes visuales, auditivos o
presenciales que interfirieran en el trabajo que estaba realizando. Me centre religiosamente en la meditación. No lo logre de inmediato, requerí de disciplina y perseverancia para sentir su divino temblor, para quedarme en el vacío absoluto. Fue ella quien me inicio en el hábito
para descontaminar la mente y no niego que aún me quedan rezagos de contaminación, el hábito está cimentado y sera él quien haga una profunda limpieza a este cerebro.
Al abrir los ojos cada mañana, oxigeno mi mente con una oración instantánea de aire y luz que levantan mi cuerpo y si por alguna razón trastrabillea mi mente en pesares o ansiedades de inmediato redirecciono al siguiente respiro y volteo a mirar el amanecer, es mi hábito para descontaminar la mente.
Al abrir los ojos cada mañana, oxigeno mi mente con una oración instantánea de aire y luz que levantan mi cuerpo y si por alguna razón trastrabillea mi mente en pesares o ansiedades de inmediato redirecciono al siguiente respiro y volteo a mirar el amanecer, es mi hábito para descontaminar la mente.
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