Equilibrio

No permanezcas demasiado en el mundo y no escapes de él. Manteen un equilibrio. Cuando sientes que te estás excediendo en demasía, inclínate hacia la renunciación, y cuando sientas que renuncias en exceso, que te estás convirtiendo en un ermitaño, inclínate de nuevo hacia la complacencia. Mantente en el medio.
En las carreteras, en la India, encontrarás señales que indican, «Vaya por la izquierda». En América encontrarás, «Vaya por su derecha». En el mundo solamente hay dos clases de personas: las que van por la derecha y las que van por la izquierda. La tercera clase es el pináculo mismo de la consciencia. Y la regla es: «Mantente en el medio». No trates de hacerla en la carretera, sino en la vida. Mantente en el medio. Nunca por la izquierda, nunca por la derecha. Simplemente en el medio.
Y en el medio surgirán destellos de equilibrio. Un punto -puedes entenderlo, puedes sentirlo- en el que no te estás inclinando hacia ningún extremo. Estás exactamente en el medio. En ese mínimo instante, de repente, surge la Gracia; todo está en equilibrio.  
Y así es cómo uno puede servir a Dios. Permanece en equilibrio y así servirás a Dios. Permanece en equilibrio y Dios estará a tu alcance y tú estarás al alcance de Dios.
La vida no es tecnología, ni una ciencia. La vida es un arte, o sería mejor el llamarla una habilidad. Has de sentirla. Es cómo el caminar por la cuerda floja.

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