Temblé
Cuando la tierra tiembla, tiemblan mis sentidos. Y hoy temblé al unísono con
ella, sumergida entre su maravillosa efervescencia celestial, balanceándome
gloriosamente con ella, con la madre tierra. Al sentirla me siento tan minúscula,
tan devotamente agradecida por permitirme vibrar al compás de sus movimientos justo
en el instante que palpita. Justo en el momento que me mantiene imantada a ella.
Divino despertar para esta mujer. Recibo sus mensajes al balancear mi
cuerpo como recordándome que ella y yo somos una. Como diciéndome que estamos
unidas por hilos aperlados de energía y divinidad. Me envolvió tan celestial
instante, y aun ahora, que intento definirlo las emociones solo dejan entrever
lo trivial. El corazón sabe que lo divino se haya en las profundidades, más allá
de lo terrenal. El corazón confabulo con la madre tierra para acunarme con su
grandiosa pureza.
Así fue mi sentir al temblar, abrazada a la madre tierra. Y cuando un suceso divino se atraviesa
por mi camino no dudo en acudir a las letras para hilvanar la fragancia que dejo en mis sentidos tan
perfecto suceso. Soy Consuelo y ame temblar con la madre tierra.
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