Amanecer

El amanecer sorprende a este corazón. A veces la mente delata la negrura del pasado insistiendo en anteponer un despertar gris e insulso. Es el verdadero espíritu quien levanta este cuerpo para llevarlo a tocar el aire del divino amanecer, el majestuoso naranja que sorprende a esta mirada activando cada poro de la piel. Es el aferrado espíritu que me lleva a tocar los divinos colores de la vida  que se posan frente a frente irradiando un aperlado color que va inundando el alma.
A eso llamo motivación, al motor interno que se enciende cada amanecer, al espíritu que activa cada átomo de vida, a las alfombras de sol y color que van tapizando cada paso que doy, a la cumbre que uno está dispuesto a tocar para sentir el paraíso. Eso es motivación para consuelo; el arte de ser, lo divino de sorprenderme, la valentía de soltar el pasado.


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