Cero pesos, cero centavos
Si, no es la
edad, no es el dinero, es el empeño y la dedicación de los intangibles que
escuchamos día a día rondándonos, a lo lejos, en otros. Alabo mi atrevimiento por
ir tras ellos, cuando lo hice todo se acomodo. Quizá fue la energía que
desprenden mis sentidos o los motivos internos que se evaporan entre las
multitudes para abrir paso a mi creación, tal vez fue mi locura divina, no lo sé,
solo sé que en este instante saboreo la alegría
de ser. Fue mi creación quien me dio la respuesta exacta; es posible crear con
cero pesos, cero centavos y tener de retorno el tangible que todo mundo busca
para sobrevivir en este mundo; “el dinero”. Aprendí a obtenerlo creativamente,
empleando mis dones, expandiendo una a una mis habilidades pacientemente,
inteligentemente y aun cuando todo se pinte gris o las piedras se erijan en mi
camino para impedirme avanzar, la fuerza que hoy me habita ya me dicta que
siempre encontrare la brecha exacta para avanzar cual la luz que va dejando
entrever una a una mis creaciones, uno a uno mis suspiros, esta incansable
entrega por pulirlos, por dejarlos impecables para ser lanzados a las almas, a las
miradas deseosas de búsquedas o respuestas.
Mi creación no requirió
dinero, mi creación solo se empapo de pasión, de amor por la vida, del conocimiento
que me dieron los años y la dicha de compartir.
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