Armonía
La
plenitud proviene de la sinfonía, de la divina sintonía con el Universo. Quien captura
sus pequeñas o gloriosas manifestaciones, captura su esencia, captura la
plenitud, está en armonía. Cuando no se vive en armonía la avaricia rige el
sentido de la vida, impregna los sentidos de lo superfluo, de lo material, corroe
el cuerpo con la ambición dejándolo sin sensibilidad alguna, sin la sagrada cohesión
con el Universo.
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