Amándola

Me descubrí amándola…no sé cuándo sucedió. Tiempo atrás le escribía invocando una curación al alma, hoy le escribo invocando una oración a tal despliegue divino. Escribirle nuevamente es como caer en el pozo de la conciencia suprema, es impregnarme de su sagrada esencia. Esencia que ha llegado a penetrar las profundidades de esta mujer. Siento su presencia, conozco su divinidad, me impregnan sus designios y doy fe de que me habita. Las letras se armonizan ante la magia del instante, empapadas de serenidad, sintiéndola regir mis dedos, alegrando mi corazón. Nos encontramos, nos sentimos y sabemos que es real nuestra presencia ella; tocando millones de corazones y yo contemplando su magia espiritual.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Barro hediondo

Cuatro palabras

Serenidad

Sintonizar con la vida

Fuerza de voluntad