Ego

En el camino de la voluntad uno ha de ir con mucho, mucho cuidado con el ego, porque obligadamente el ego aparecerá en cualquier instante reclamándote, exigiéndote. Pero si eres capaz de observar a tu ego, si no acumulas ego, no hay necesi­dad de entregarte a él, porque si el ego no existe, no hay a quien entregarse. Esto requiere de una profunda comprensión, de una voluntad divina que emana de las profundidades cuando has mirado partir a tu ego.

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