Pensar
Un pensamiento es un objeto, tiene su
propia existencia. Cuando muere una persona, todos sus locos pensamientos son
liberados de inmediato y empiezan a buscar cobijo en algún otro lugar.
Inmediatamente entran en aquellos que hay por allí. Son como gérmenes, tienen vida
propia. Incluso estando vivo, continúas dispersando tus pensamientos a tu
alrededor. Cuando hablas en la mente, lanzas tus pensamientos hacia los demás.
Un pensamiento que es creado
por ti es realmente potente. Un pensamiento que nace realmente de tus
profundidades es glorioso; posee un poder propio.
Aquellos pensamientos que tomas prestados o que te colocan en la cabeza otros,
están casi
muertos porque han estado viajando y viajando durante millones de años. Su
origen se ha perdido; han perdido todo contacto con su origen. Son sólo
partículas de polvo flotando a tu alrededor, son partículas contaminantes. Pareces
incluso consciente de ellos, y tu consciencia es tal que no puedes ver que esos
pensamientos están muertos.
El pensar es una capacidad; los
pensamientos no lo son. Los pensamientos pueden ser adquiridos de otros; el
pensar, nunca. Has de aprender a pensar por ti mismo a diferenciar ambos
momentos; pensar por ti o usar los pensamientos de otros.
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