Mis pendientes
Mis pendientes en la vida son tan comunes y cotidianos
que nada tienen de extraordinarios, y sin ánimos de caer
en la jactancia podría asegurar que casi todo lo he hecho;
caminar descalza sobre el pasto,
pisar con los pies desnudos la blanca arena de un sagrado mar,
mirar el cielo profundo y vació hasta perderme
en su basta inmensidad,
apagar el celular para saber que existo,
para reactivar mis sentidos,
para centrarme en la ecuanimidad de la vida,
platicar frente a frente a una hermosa amiga,
una amiga que inspira confianza a plenitud,
desconectarme de internet para caminar
por la cuerda de la vida.
Solo me resta un pendiente por hacer,
un pendiente que me reta cotidianamente;
HACER NADA...
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