Conocerte
Tus
ojos pueden informarte erróneamente, tus oídos pueden informarte erróneamente.
No se puede creer a nadie, no se debería creer en ningún intermediario, porque
no puedes confiar en el mediador. Si tus ojos están enfermos, o miran a través
de otros, entonces te informarán de forma diferente, si tus ojos están repletos
de memorias, o debes, sembrados a lo largo de los años, entonces te informarán
de forma diferente.
Si
estás enamorado, entonces verás algo más. Si no estás enamorado, entonces nunca
verás eso. Una persona común y corriente puede convertirse en el ser más
hermoso del mundo si lo ves a través
del amor. Cuando tus ojos están colmados de amor, entonces informan sobre algo
más. Oyes a través de los oídos. Los oídos son solamente instrumentos; pueden
funcionar mal, pueden oír algo que no haya sido dicho; pueden dejar de oír algo
que sí fue dicho. Los sentidos no son de fiar; los sentidos son simples
instrumentos mecánicos.
El conocimiento directo sólo puede
existir cuando no hay un mediador; ni los sentidos. Esta es la primera y
fundamental fuente del verdadero conocimiento: cuando sabes algo por ti mismo, no
necesitas depender de nadie más.
Entonces el conocimiento directo se
hace posible. Cuando llegues a conocer tu ser más interno, ese ser más interno es
el conocimiento directo. No hay sentidos implicados, nadie ha servido de
mediador, no existe nada semejante a un agente. El conocedor y lo conocido se
encuentran cara a cara. No hay nada en medio. Esto es inmediato, y sólo lo
inmediato puede ser verdad.
Así pues, el primer conocimiento verdadero es el Yo interior.
Puede que conozcamos el mundo entero, pero si no has conocido el centro más
interno de tu ser, todo tu conocimiento es absurdo, no es realmente
conocimiento, no puede ser auténtico porque el primer y fundamental
conocimiento verdadero todavía no ha surgido en ti. Todo tu edificio es falso.
Puedes saber muchas cosas. Si no te has conocido a ti mismo, todo tu saber se
basa en informes, en informes entregados por los sentidos, por tu historia, por
otros.
El conocimiento directo es algo que
es conocido sin emplear los sentidos. El primer conocimiento verdadero
solamente puede ser el del Yo interior, porque solamente allí los sentidos no
son necesarios. En cualquier otra parte los sentidos son necesarios. Si quieres
verme tendrás que hacerlo mediante los ojos, pero si quieres verte a ti mismo,
los ojos no son necesarios. Incluso un ciego puede verse a sí mismo. Si quieres
verme, necesitarás luz, pero si quieres verte a ti mismo, puede haber
oscuridad; la luz no es necesaria.
Incluso en la cueva más oscura
puedes conocerte a ti mismo. No se necesita de ningún medio: luz, ojos,... nada
de eso. La experiencia interior es inmediata y esa experiencia inmediata es la
base de todo el conocimiento verdadero.
Una vez asentado en esa experiencia
interior entonces empezarán a sucederte muchas cosas. No es posible comprenderlas
correctamente ahora. Uno ha de estar asentado en su centro, en su ser interior,
uno ha de haberlo sentido como experiencia directa; entonces los sentidos no
pueden engañarte. Has despertado. Entonces tus ojos no pueden engañarte,
entonces tus oídos no pueden engañarte, entonces nada puede engañarte. El
engaño ha desaparecido.
No puedes ser engañado una vez que
has llegado a ser "Uno-que-verdaderamente-sabe". ¡No puedes ser
engañado! Entonces todo, poco a poco, adquiere la forma del conocimiento
verdadero. Una vez te conoces a ti mismo, entonces cualquier cosa que conozcas
automáticamente será correcta porque tú estás bien ahora. Esta es la distinción
que hay que recordar: si tú estás bien, todo está bien; si estás mal, entonces
todo está mal. De modo que no es una cuestión de hacer algo en el exterior; es
una cuestión de hacer algo interiormente.
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