Te permito hurgar

Te permito hurgar el caminar diario de una mujer. Un caminar impregnado de cotidianeidad y serenidad.
Te permito hurgar las ropas que visten el exterior de una mujer, no encontraras marcas o afiches que sesgan a la humanidad monetariamente. Solo encontraras vestimentas comunes y corrientes en una mujer que despliega vida.
Te permito hurgar el auto que conduzco, solo miraras una insignificancia material que no te hablara de solvencia monetaria. Solo sabrás que soy de las masas, las masas donde se encuentra la verdad de la vida.
Te permito que hurgar la postura actitudinal de una mujer, solo miraras la armonía de las emociones que entretejen sentimientos. Emociones que quizá broten con huellas de ira o serenidad fundiéndose hasta alcanzar la armonía de una delicada pieza musical.
Probablemente tus ojos se  topen con una mujer reacia y hasta insolente. No te asustes, solo es la armadura que se coloca en mi cuerpo hasta mirar la realidad de quien me aborda. 
Quizá de pronto estalle en risas y te preguntaras? -se habrá vuelto loca- no, solo es la alegría que emana de las profundidades para brotar angelicalmente en mi rostro.
En fin...es la periferia de una mujer. Puedes hurgar en ella lo material o quizá lo actitudinal. Solo yo sé lo que habita en mis adentros. Aquello que también te habita; amor, dicha, conocimiento en pocas palabras; vida.
Dones otorgados sin distinción alguna a la humanidad. Así que no hurgues, solo voltea a mirarte para descubrir que te habita?
Mira este templo, mira su periferia son tan triviales y cotidianos que te desencantaran si no posees lo que yo poseo. 

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