Serenidad

La suave y pequeña voz de la serenidad está dentro de ti, pero tú estás lleno de ruidos, compromisos, ocupaciones, responsabilidades. La serenidad viene como un murmullo, no llega como una consigna gritada; viene en forma muy silenciosa.  No hace ruido, ni siquiera se oyen sus pasos… de manera que si estás ocupado, ella aguarda y se marcha.

Así que, al menos una hora al día recibe a la serenidad sentándote silenciosamente a esperar por ella.

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