Aventurandome
Religiosa y pacientemente
voy adentrándome a
las profundidades
de la vida.
Me guían los más recónditos
caminos de esta mujer
y los misterios
de la vida misma.
Religiosa y
pacientemente voy
borrando cualquier
huella de
enmohecimiento
terrenal.
La conciencia florece
en todo su
esplendor
lucida y real,
armoniosa y
dichosa.
Es una limpieza
total,
una entrega plena
que deja al espíritu
radiante,
el rostro brillando
de alegría,
y al corazón tintineando
de
éxtasis.
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