Tic, tac, tic, tac
La mente provoca todo tipo de
miserias. La primera: la mente nunca
está en el presente, lo pasa por alto.
¡Y sólo existe el presente! La
mente siempre está en el pasado, siempre, siempre. O siempre en el futuro. La mente salta del pasado al futuro, y del
futuro al pasado. Pero nunca permanece
en el presente. Es como el péndulo de un
reloj va de una polaridad a otra, pero nunca se queda en el medio.
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