Para dejar de luchar


Lo primero es no estar en conflicto interno con uno mismo, no permitir que el combate interior continúe: la mente luchando contra el cuerpo, la razón contra el sentimiento, la sensación contra la falta de amor.  En el interior tiene lugar un combate continuo, ¿te has dado cuenta?  Hay una guerra continua; sin ningún respiro.  ¡Así, claro que es imposible ser feliz!  A menos que esos elementos cambiantes de tu interior te abracen, dejen de luchar, se enamoren uno de otro o se disuelvan entre sí, no habra felicidad posible.  La felicidad sólo será una esperanza.
La felicidad es una sombra de la armonía, sigue a la armonía. No hay otra manera de ser feliz.  A menos que no seas la armonía, puedes luchar lo que quieras, pues sólo lograrás sentirte cada vez más frustrado y miserable. 
Al igual que una sombra, la felicidad solo te tocara y seguirá cuando seas  una totalidad armoniosa, cuando estes integrado, cuando dejes de luchar en tu interior.

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