Una manifestación

Ya respiro tu llegada inundándome de luz
y serenidad para tocar tal divinidad.
Casi te puedo sentir
entre puestos, iglesias,
rezos, peregrinaciones
y el ajetreado ritmo de vida,
todo un despliegue de fe, esperanza y religiosidad.
Religiosidad que se mueve impulsada por el corazón
vibrando de humanidad.
Todos bajo un mismo lema;
“adorar a la madre de Dios”
Y visto desde mi perspectiva;
me declaro adoradora
de tan magnificente
despligue de pureza humana.
Eso es real.
Eso es Dios.
Esa es; “la reyna de México”
que mueve rios de gente
que se manifiesta
y ahora mismo me uno
a tan hermoso poder
humano.

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