Problemas?


Tú tienes mil y un problemas, e intentas resolverlos. Pero los problemas no se resuelven.  No pueden resolverse, porque, en primer lugar, no hay mil y un problemas, solamente hay uno; y si ves mil y un problemas, no serás capaz de ver el que realmente existe.  Tú siempre estás viendo cosas que no existen, y, por eso, no puedes ver lo que existe.
Así que lo primero que hay que entender es el problema básico, el único. El perenne, no tuyo en particular, o mío o de cualquier otro. Es del hombre como tal. El problema nace contigo y, desgraciadamente, como le ocurre a millones de personas, morirá contigo.  Si el problema muere antes de que tú mueras, te habrás iluminado. Y esa es la tarea de la religión, ayudar a disolver el problema antes de que él te mate a ti. Hablo de la religión que te habita, de la religión que emana de tu ser, de la religión que se desprende de tus aromas, solo ella es capaz de disolver cualquier problema que haya penetrado en tu corazón. 

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