El bote vacio
El vacío es el camino, la meta, el todo. Desde mañana
por la mañana prueba vaciarte de todo lo que puedas encontrar dentro de ti:
tu sufrimiento, tu ira, tu ego, envidias,
padeceres, tu dolor, tus placeres, -todo lo que encuentres tíralo-.
Sin distinciones, sin
elegir, vacíate. Y en el momento en que estés completamente
vacío, de repente verás que tú eres el Todo, la totalidad. A través de la
vacuidad, la totalidad es alcanzada.
La meditación no es
más que el proceso del vaciado, el llegar a ser una nada.
En este campo
muévete como si no fueras nadie. Y si irritas a alguien y chocas, recuerda, aun
debes contener basura, por eso chocas. Pronto, cuando tu bote este vacío, no
colisionarás, no habrá más conflicto, ni ira, ni violencia, nada.
Y esta nada es la
bendición, esa nada es la bienaventuranza. Esa nada
es por lo que has estado buscando y buscando.
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