Pureza


La pureza verdadera es como un niño inocente; inocente en cuanto a lo que es bueno y lo que es malo; inocente res­pecto de toda distinción.
La inocencia florece únicamente cuando la existencia es indivisa. La aceptas tal cual. No escoges, no divides, no esta­bleces ninguna distinción. En realidad no sabes lo que es bue­no y lo que es malo. Si lo sabes, calcularás, y la pureza será entonces un artificio, no una floración. En pocas palabras un hombre de pureza ni lucha ni se rinde.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Barro hediondo

Cuatro palabras

Serenidad

Sintonizar con la vida

Fuerza de voluntad