La llama de mi hogar

Requirió morir lentamente
destruyendo cada célula,
cada átomo de emoción,
cada vestigio de repulsión,
y el abrumante miedo 
que congelaba el alma.
Así de simple fue el esfuerzo
de consuelo para volver a renacer
y encender  la llama del hogar.
Ahora brilla en las profundidades,
ahora es capaz de irradiar luz en el rostro.
Soy la única responsable de vigilarla
en tanto la vida me posea
y se abra de apagar
solo cuando la muerte toque 
a las puertas de mi hogar,
entonces, solo entonces
serenamente se esfumara....

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