La infancia


«Tu infancia perdida», quiero decir tu inocencia, tus ojos llenos de asombro, sin saber nada, sin tener nada, pero a la vez sintiéndote a ti mismo en la cima del mundo. Esos momen­tos dorados de asombro, de alegría, de ninguna tensión, de ningu­na preocupación, de ninguna ansiedad, tienen que ser recuperados, redescubiertos.

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