«¿De qué está compuesto el miedo?»


El miedo está compuesto de ignorancia del propio yo. Solo existe un miedo: se manifiesta de mu­chas maneras, de mil y una formas, pero básica­mente el miedo es uno, y es que «en lo más hondo, existe la posibilidad de que yo no sea».
Y en cierto sentido es verdad que no eres.
El coraje significa entrar en lo desconocido a pesar de todos los miedos.
El coraje no significa la falta de miedo.
La falta de miedo tiene lugar si sigues siendo cada vez más valeroso. La falta de miedo es la expe­riencia última del coraje; representa la fragancia cuando el coraje se ha vuelto absoluto. Pero al comienzo no existe mucha diferencia entre la persona cobarde y la valerosa. La única diferen­cia es que el cobarde escucha a sus miedos y les hace caso, y la persona valerosa los hace a un la­do y sigue adelante.
La persona valerosa se adentra en lo desconocido a pesar de todos los miedos. Los conoce, sabe que están ahí.
Y si haz exagerado tus miedos; míralos fijamente, y al hacerlo empezarán aem­pequeñecerse.
Y si nunca los haz mirado ó haz estado escapan­do de ellos.
Haz estado creando protecciones contra ellos en lugar de mirarlos directamente a los ojos. No hay nada que temer: lo único que necesitas es un poco más de consciencia. Sea cual sea tu temor, agárralo, míralo con fijeza, tal como haría la ciencia con un objeto. Y te sorprenderá, ya que empezará a derretirse como un copo de nieve. Cuando hayas mirado su totalidad, habrá desapa­recido.
Y cuando poseas libertad sin ningún temor, sentirás una bendición que no se puede expresar con palabras.
El miedo aceptado se convierte en libertad; el miedo negado, rechazado, condenado, se con­vierte en culpabilidad.
Si aceptas el temor como parte de la situación... sera parte de la situación. El hombre es una parte muy pequeña, diminuta, y el todo es vasto: una gota, es una gota muy pequeña, y el todo es todo el océano. Surge un temblor: «Puede que te pierdas en el todo; podrías perder tu identidad». Ese es el miedo a la muerte. Todos los temores son el temor a la muerte. Y el miedo a la muerte es el miedo a la aniquilación.
Un hombre que vive con miedo siempre está temblando por dentro. Continuamente está a punto de volverse loco, por­que la vida es grande y continuamente tiene miedo...
Y hay todo tipo de temores.
Puedes redactar una gran lista, y te sorprenderá ver cuántos miedos hay... ¡y aún sigues con vida!
Por doquier hay, infecciones, enfermedades, peli­gros, secuestros, terroristas... y la  vida es tan pe­queña.
Y por último está la muerte, que no puedes evitar..
¡Abandona el miedo! Inconscientemente asumiste el miedo en tu infancia; y ahora conscientemente lo puedes a abandonar y ser maduro.
Entonces la vida podrá ser una luz que irá profun­dizándose a medida que creces.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Barro hediondo

Cuatro palabras

Serenidad

Sintonizar con la vida

Fuerza de voluntad