rituales
Cada amanecer al abrir los ojos
la cabeza me atrapa de inmediato.
Recorro con la mirada unos centímetros mas
el cuerpo que alberga esta alma
y me encuentro con el cálido
recibimiento de Dios.
Ahí esta en forma de corazón,
como invitándome a
alejarme del poder de la mente,
aquella mente que me mantuvo
secuestrada por mas de medio siglo.
Al centrarme en la música del amanecer
mi espíritu baja velozmente
de la cabeza al corazón
para unirme a tan majestuosa celebración;
amanecer en los brazos de Dios
así abro paso a mis rituales matutinos:
tomar un poco de agua
abrir el computador
leer a Dios
y salir a caminar...
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