la reyna
Entro a la reyna
y sus paredes viejas y repintadas
pareciera que me esperan impacientemente.
Cada paso que doy lo siento observado
por el escrutinio de las miradas,
tal vez sean del más allá,
ó, quizás aun laten con vida.
Es mi recorrer diario para abrir paso
a la creación de las ideas.
Ellas brotan de la nada, del corazón
solo tomo una hoja en blanco
y los actos por si solos van surgiendo uno a uno
entintados de inspiración o quizás locura.
Solo las paredes de la reyna
y su místico entorno silencioso
conocen lo que sucede
con las almas
que aun rondamos por tan hermosa edificación.
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