sabiduria
La sabiduría no quiere decir
conocimiento. El conocimiento no es sabiduría, el conocimiento es una moneda
falsa, pseudo-sabiduría. Es prestado, lo has cosechado; está muerto. La sabiduría
es lo que ha surgido en ti, ha florecido en ti, sale de tu propio ser y de tu
propia fuente; está viva. La sabiduría es conocer la verdad por ti mismo. El
conocimiento es acumular información de otros que pueden saber o que pueden no
saber. ¿Quién sabe? Es una creencia, es memoria.
Un hombre sabio es aquel que ha
entrado en Dios, que ha penetrado en el misterio de la vida, que se ha
encontrado con la realidad. Un hombre sabio quizás no sea un erudito, quizás lo
sea -no tiene importancia-, porque la sabiduría no tiene nada que ver con la
erudición.
El hombre sabio siempre es una
maravilla, porque es indefinible, es misterioso. La presencia del hombre sabio
te embarca en viajes lejanos, en viajes fabulosos. El hombre sabio ayuda a que
tu asombro se fortalezca. No te proporciona conocimiento. Destruye tu
conocimiento y libera
tu asombro, te convierte de nuevo en un niño, llena
tu ser de sorpresa, de poesía,
de misterio, de canción.
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