cultivando el alma...


El hombre no nace perfecto. Nace incompleto. Desde su nacimiento es un proceso. Nace en el camino, como un pere­grino. Esa es su agonía y también su éxtasis; agonía porque no puede descansar, tiene que seguir hacia adelante, siempre. Tiene que buscar, indagar, explorar; tiene que llegar a ser, por­que su ser aparece sólo a través del llegar a ser. Llegar a ser es su ser. Sólo puede ser si se está moviendo.
La evolución es intrínseca a la naturaleza humana, la evo­lución es su verdadero ser. Y aquellos que no hacen caso de esto no llegan a realizarse; los que piensan que han nacido completos no evolucionan. Entonces la semilla se queda en semilla, nunca se convierte en un árbol, nunca llega a conocer las alegrías de la primavera, la luz brillante del sol, la lluvia ni el éxtasis de explotar en millones de flores.
Esa explosión es la realización, es todo lo que es Dios: una explosión de millones de flores. El hombre acaba de realizar­se sólo cuando el potencial se ha actualizado. El hombre nace como un potencial; eso es algo único, intrínseco al hombre. Todos los demás animales nacen completos, nacen como van a morir. Entre su nacimiento y su muerte no hay evolución: se mueven en el mismo plano, nunca se transforman. Nunca su­cede un cambio radical en sus vidas. Se mueven horizontal­mente, lo vertical nunca los traspasa.
Cuando el hombre se mueve horizontalmente desperdi­ciará su condición humana, no se convertirá en espíritu. No poseerá alma y no todo el mundo tiene posee un alma. Ahora bien, ésta es una afirmación muy extraña, porque du­rante siglos te han estado diciendo que has nacido con un alma. Gurdjieff dice que sólo naces con el potencial de llegar a tener alma, no que ya nazcas con ella. Tienes una pista, pero esa pista hay que trabajarla. Tienes la semilla, pero tienes que buscar la tierra, la estación, el clima apropiado y el momento adecuado para explotar, para crecer.
Si te mueves horizontalmente, te quedarás sin alma. Cuan­do lo vertical te penetra, adquieres un alma. "Alma" significa que lo vertical ha penetrado lo horizontal. Dicho en otras palabras: el gusano se envuelve en su capullo, hasta salir convertido en una hermosa mariposa. A menos que te crezcan alas y te conviertas en un fenómeno alado, no tendrás un alma.
                                                                                                                      

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