¡aqui estoy!
La conciencia es un
continuo, es como un río fluyendo constantemente. Si eres meditativo durante todo el día, a
cada instante… solamente cuando seas meditativo durante todo el día, podrás
florecer. Lo primero es eso.
Aquí tienes una anécdota
zen preñada de significado. El maestro solía
preguntarse a sí mismo invocando su propio nombre. Eso es lo que significa “meditación”:
llamarte a ti mismo. Decía: “¿Estás
ahí?” y se replicaba a sí mismo: “Estoy aquí”.
Eso es un esfuerzo, un esfuerzo cumbre, por mantenerte alerta. Puedes utilizarlo, te será de gran
ayuda. De repente, caminando por la
calle, puedes llamarte por tu propio nombre: “¿Estás ahí?” De repente, dejas de pensar y has de
contestar: “Sí, estoy aquí”. Eso te
centra. Cuando el pensar se detiene,
estás en meditación, alerta.
Este llamarse a uno mismo
es una técnica. Al irte a dormir, al
apagar la luz por la noche, pregúntate de improviso a ti mismo: “¿Estás
ahí?”. Y en esa oscuridad, al aparecer
la atención, te conviertes en una llama y desde dentro contestas: “Sí, estoy
aquí”.
Este monje solía decir:
“¡Mantén los ojos abiertos!”. Sé
sincero, sé auténtico, no juegues ese juego.
Él solía decirse a sí mismo: ¡Mantén los ojos abiertos!” y se replicaba:
“Sí, me esforzaré todo lo que pueda”.
Toda nuestra vida es un
perder el tiempo. Y lo puedes hacer
porque no eres consciente de cómo desperdicias tu tiempo, de cómo desperdicias
tu energía. No eres consciente de cómo
desperdicias la vida. Está yéndose por
el desagüe. Todo se va por el desagüe. Únicamente cuando la muerte se presenta, te
vuelves consciente, alerta. ¿Qué has estado haciendo hasta ahora? ¿Qué he hecho con mi vida? He perdido una gran oportunidad. ¿Qué hacía por ahí perdiendo el tiempo? No estaba en mis cabales. Nunca me paré a reflexionar sobre lo que
estaba haciendo.
La vida no está sólo para
deambular por ella; está para que alcances un cierto punto en tu profundo
interior. La vida no se encuentra en la
superficie, en la circunferencia; está en el centro. Y aún no has alcanzado ese centro. ¡Mantén los ojos abiertos! ¡Ya has desperdiciado suficiente tiempo! Mantente atento y date cuenta de lo que estás
haciendo. Y, ¿qué estás haciendo? ¿Buscas ganar dinero? Al final, en último término no sirve de
nada. Es otro juego, el juego del
dinero. Tienes más que los demás; te
sientes bien. Los demás tienen más que
tú; te sientes mal. Es un juego. Pero,
¿qué significado tiene? ¿Qué ganas
jugando? Aunque tuvieras todo el dinero
del mundo, en el momento de tu muerte morirás como un mendigo. De modo que todo el dinero del mundo no puede
hacerte rico. Los juegos no pueden
hacerte rico. ¡Abre los ojos!
¡Aquí estoy! ……y solo me desvió
momentáneamente para compartir.
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