música en el corazón


 Las reglas no son para ti.  No tienes por qué esconder los instrumentos que tocan la música en tu corazón. Las reglas no son para ti.  No has de retirar los instrumentos que hacen tintinear a tu corazón.  ¿Cómo vas a esconder tu alma?  Puede que tus manos no toquen, puede que tu garganta no cante, pero todo tu ser es musical.  Este rincón está tan colmada de música, de tantas vibraciones, que ahora estoy tocando con el corazón.
Cuando tu mente es fresca, toda la existencia se convierte en una melodía.  Cuando estás fresco, esa frescura se expande en todas direcciones y la existencia por completo responde.  Cuando eres joven, cuando tu memoria no te aplasta, todo resulta joven, nuevo y extraño.
Has de percibirlo en profundidad y entonces comprenderás. Que los instrumentos que tocan las melodías de tu corazón acompasan cada acto que emprendes en la vida, resuena en tus seres amados y armoniza con todo el universo. Pero esa comprensión será más un sentimiento que una comprensión.  No será mental, sino del corazón.  Ninguna situación cambiara la música en tu corazón; la situación no es importante, lo importante es estar centrado en tu música.  Solo te cambia la situación, cuando eres manipulado por la situación, cuando otros se han hecho cargo de tu propia música, cuando otros tocan por ti la melodía que ellos desean, cuando no eres capaz de tocar tu propia música, entonces….solo entonces actuaras al ritmo de la situación.  Observa la risa de la gente.  Es mental, están haciendo un esfuerzo.  Su risa es falsa, es forzada, tan sólo esbozada en los labios, como un ejercicio del rostro.  No surge de su ser, del centro, no nace del vientre; es algo forzado.  Resulta obvio que esta aburrida y que todo lo que salga de ese aburrimiento creará más aburrimiento.  
La celebración solamente es posible cuando la existencia resulta una continua novedad, cuando la existencia es siempre joven.  Cuando nada envejece, cuando nada muere realmente –porque todo renace constantemente-, todo se convierte en una danza.  Entonces fluye una música interior.  No importa si tocas o no tocas un instrumento: la música fluye. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Barro hediondo

Cuatro palabras

vacio sublime

Serenidad

Benemérito Instituto Normal del Estado "Gral. Juan Crisostomo Bonilla"