a mi lagartija


En este instante no deseo retroceder al pasado para citar con precisión cuando inicio mi amor por los animales. Y debo confesar  que solo por alguno de ellos, pues no me concibo amando la fiereza de un león o el veneno de las arañas,  y lo digo bajo el preámbulo de total respeto hacia ellos. El solo hecho de ponerlos como alternativa me lleva a sentir escalofrió en el cuerpo y quizá sea producto de la inconsciencia. Lo que si te puedo asegurar es que hoy amo profundamente a dos clases de animales: las lagartijas y los perros.
Compartiré a mis amadas lagartijas  y en especial a una  hermosa lagartija que fue asesinada por MÍ L
Así es…. aun cuando el corazón me duela y la vergüenza se apodere de mi en estos instantes es real. Yo la mate. Se lee horrible, lo sé, pero permíteme que te comparta que se siente  peor.
Tenía viviendo conmigo quizá tres o cuatro años, no lo sé con precisión. Solo estoy consciente de que al salir a la zotehuela de casa siempre miraba a una lagartija correr a esconderse en cuanto me  veía. Un día pintando la zotehuela moví los muebles lo que origino que mi pequeña lagartija corriera por todos lados despavorida para esconderse. Finalmente se quedo totalmente quietecita  frente a mi como camuflageandose. Sabedora que estaba frente a mi, procuraba no pisarla o dañarla, así que me apresure a pintar y en uno de tantos brochazos que daba a la pared le cayó un poco de pintura verde en su gris cuerpecito. Y recordando que días antes había muerto otra lagartija al caer en una cubeta con agua, me apresure a colocarle el tronco donde se escondía…..así nos conocimos mi lagartija y yo.
En esta anécdota plasmo como surgió el amor por los animales generando en mi ser una transformación y lo digo sin temor a equivocarme, porque fue  ella quien motivo mi crecimiento interior. Este es uno de tantos cambios por los que he atravesado. Hoy soy una mejor persona, una mejor mujer y un alma que conoce el significado de la sensibilidad hacia la naturaleza que me rodea en este caso: los animales.
Día a día al salir a la zotehuela de casa, detenía mi mente para no pisar a mis tres  hermosas lagartijas,  que merodeaban confiadamente para asolearse aun con mi presencia y en especial las más grande…..las otras dos aun eran bebecitas. Así fue, como poco a poco aquella lagartija que un día pinte de verde ya me tenía confianza. Ante cada salida a la zotehuela solo se quedaba quietecita, aun si pasaban mis pies por encima de ella, y recuerdo que solo permanecía inmóvil mirándome. Cuando desaparecía….seguía tomando el sol moviéndose tranquilamente. Así nos llegamos a conocer...llego un momento en que ya no movía su tronco donde habitaba para no asustarla. 
Siempre que llegaba del trabajo la miraba a través de los cristales cargando a sus otras lagartijas o sola asoleándose. Ya era poseedora de una nueva sensibilidad; amar a mis lagartijas.
Fue un domingo que me encontraba disgustaba conmigo por trivialidades de la vida cotidiana. Mi mente me hablaba y me hablaba sin cesar llevando mi cuerpo de un lado a otro como autómata  y regida por los estúpidos pensamientos que no me dejaban respirar y mucho menos observar los movimientos del cuerpo....solo recordarlo me da coraje.
Salí a dejar ropa sucia a la zotehuela inmersa por el coraje y la necedad de la cabeza insistiendo con sus estruendosos pensamientos, de pronto solo escuche un …crack L seguido de un enorme grito: "porque no te hiciste a un lado", Siii!!.....pise a mi lagartija-  y en ese instante como arte de magia todos los pensamientos se esfumaron (que estúpidos  son los pensamientos contaminantes, solo cuando el corazón duele, la cabeza se avergüenza) acto seguido llore por mi lagartija… aun vivía, la tome suavemente y la deposite en una cajita, sabía que estaba muy lastimada y no hallaba como aliviarla. Hoy que lo escribo reconozco la vergüenza, la pena y el dolor que me invade; mate a mi lagartija por un acto de inconsciencia.
En otros tiempos solo la abría tirado o abría dejado pasar el acto tan brutal que hice con un simple; “ni modo para que se atraviesa”….que fea humana.
Me he transformado, conozco el significado de la vida y la muerte. Solo  me reconforta escribir para ella sabedora que este  acto me dejo en plena conciencia.
Aunque ya me  iniciaba en la meditación aun no era parte de mi. Y porque traigo la meditación a este suceso. Porque la meditación es conciencia pura y si en aquel tiempo hubiese sido más meditativa ella aun viviría. Los hubiesen no existen…y este acto me lleva a ser consciente del camino que aún me falta por recorrer para dejar de ser esclava de los pensamientos que llegan a tocar la puerta de mi cerebro. Hoy solo doy paso aquellos que generan conocimientos o crean.. y erradico firmemente los que contaminan o intoxican mi respirar.
Mi lagartija me llevo a ser más consciente…..solo bajo la cabeza al corazón y ante  el recuerdo de aquel sonido que provocaron mis pies, esfumo rápidamente todo pensamiento contaminante centrándome en la  observación que ya es parte de mi.
Hoy  habitan en casa dos de ellas y veo que han hecho sus nidos…vigilo obsesivamente mis pies y procuro no mirarlas para no invadir su santuario.
tu imagen me recordara que una tontería acabo contigo

Comentarios

  1. Acabo de sentir exactamente lo mismo... La pise y parte de mi corazón se detuvo por un instante. Parece tan trivial no? Pero no lo es, amamos a nuestros chiquitines y que mueran bajo nuestros pies, es una vil patada al corazón. Estoy desolada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por compartirne tu sentir! me obsequiaste el recuerdo de lindos animalitos que habitaban en mi zotehuela, es mas se asoleaban entre mis cactus, y lo que hice no tuvo perdón, ahora se que fue producto de la inconsciencia a partir de entonces jamas han vuelto lagartijas a casa, pero si ha entrado en mi corazon una tremenda conciencia por la naturaleza, gracias por escribirme!

      Eliminar

Publicar un comentario

Tus comentarios son bienvenidos

Entradas populares de este blog

Rompecabezas

Energía

Ofrendas

Magnetizada

Cerrando ciclos