y llovieron flores!
La verdad es que a la Existencia le importa
lo que te sucede. La existencia está orando continuamente para que
te suceda lo Supremo. De hecho, tú no eres otra cosa que una mano extendida por
la Totalidad para alcanzar lo supremo. No eres otra cosa que una ola que viene
de la Totalidad para tocar la luna. No eres otra cosa que una flor abriéndose,
para que la Totalidad se llene de fragancia a través tuyo.
Si puedes abandonarte a ti mismo, las flores
pueden llover esta misma mañana sobre ti, en este mismo momento. La existencia
siempre esta dispuesta. Sus manos siempre están llenas de flores. Simplemente
observan y esperan. Cuando alguien se vuelve total y vacío; cuando alguien está
ausente, de pronto empiezan a caer flores.
Éste es uno de los hechos básicos. Sin darse cuenta de ello no hay
posibilidad de confianza. Sin ello no hay posibilidad de que alguna vez
alcances la Verdad. A no ser que la Totalidad te ayude, no hay posibilidad de
que la alcances. ¿Cómo vas a alcanzarla? Y ordinariamente nuestras mentes
piensan justo lo contrario. Pensamos en la Totalidad como en el enemigo, no como el amigo, ‑nunca como la madre. Pensamos en la Totalidad como si la Totalidad
estuviera tratando de destruirnos. Miramos a la Totalidad a través de la puerta
de la muerte, no a través de la puerta del nacimiento. Pareciera que la
Totalidad está contra ti, luchando contigo, no permitiéndote alcanzar tus metas
y propósitos, no permitiéndote tu plenitud.
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