Imperfecta
Total y
absolutamente imperfecta, es una verdad que se dispone y arriesga a salir de la obscuridad.
Sentada al sillón y buscando a tientas
las grafías del teclado inicio una absoluta imperfección. Solo espero que el
sol vuelva y alumbre este espacio terrenal
donde me encuentro para llevar a buen fin este acto de escribir aunque diste de
la perfección.
Pareciera
una locura o simples alaridos silenciosos que buscan atraer la atención
respecto a lo imperfecta que soy, sin embargo he de confesar que fue solo el
surgimiento de un darme cuenta. Similar a mirar el iceberg completo quien me
incito a plasmar una más de mis tonterías:
declararme imperfecta.
Compartiré el porqué?
Solo la imperfección es capaz de
movilizar a cualquier ser para estar en
continua producción. Al descubrir su naturaleza, descubrí que por muchos años
he regado mi hogar interior con migajas. Volcándome a producir para el exterior
y olvidándome de mi ser interior. Ahí radica el secreto de mi real imperfección.
Jamás me lamentare por ello pues aun poseo vida y hoy camino ante la búsqueda
de la perfección. Una perfección que me
encumbre a expandirme, cual bote vacio que navega libremente en mi infinito océano
interior. Mi alma y espíritu esperan pacientemente, aun cuando me miren
desfallecer ocasionalmente. Han encendido una luz que permanece encendida y me
guía para no perderme en la imperfección terrenal.
Descubrirme imperfecta
interiormente me llevo a dar mis primeros pasitos hacia la búsqueda de la
espiritualidad y aunque en tan breve escrito me resulte inexplicable
compartirlo, he de decir que saboreo y me
deleito momentáneamente en la nada.
Quien ya vive en la nada sabrá de lo que hablo, ha sido la nada quien me
llevo concebir este acto como una real tontería. Y porque una tontería? Porque desde
el momento en narro este pasaje insisto en producir exteriormente. Quizás para
lucirme, quizás para compadecerme, o tal vez para alardear... lo desconozco en
este instante. Sin embargo gozo plasmar como he ido transformando mi hogar interior. Escribirlo me resulta un
acto terapéutico, descubriendo cuan real o mentiroso es el cambio. Solo la claridad
y la limpieza interior me llevaran a mirar mi iluminación interior...entonces ya no escribiré , solo entonces me abre
perdido en la nada.
Así que; al lograr ser perfecta
no produciré nada. Y lo expreso así, porque
cuando eres perfectamente virtuoso nada se necesita. Cuando eres perfectamente virtuoso no hay
deseo, no hay motivación. Eres perfecto y solo eso basta.
Y heme aquí…..en mi hogar aun
habitan deseos y una inagotable producción. Actos heredados de una
formación familiar de más de cinco décadas. Paso a pasito he de llegar a la perfección, dotando de un suculento manjar a mi alma. Dejando en el pasado a la avara de
consuelo quien aun riega migajas en su hogar. Por el momento ha sido cautivada por la producción quien se muestra
grácil y contemplativa esperándome para que siga generando actos externos. Sin
embargo he de decirle que me inicio a despedir de ella.
Y para cerrar he
de decir: La perfecta virtud no produce nada. Si el mundo fuera virtuoso,
todas las metas utilitarias se perderían. Si el mundo fuera en verdad virtuoso
existiría el juego y no la producción. Entonces la vida sería un juego. Lo
disfrutarías, pero no lo necesitarías pues el juego y la celebración serian
como un respirar diario….. aunque suene a utopía.
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos