el tiempo
Si el hombre desaparece de la faz de la Tierra,
¿dónde estará el tiempo? Los árboles crecerán, los ríos fluirán, las nubes
seguirán
flotando en el cielo, entonces, ¿existirá el tiempo? No existirá. Existirán
momentos, o mejor, existirá un momento y cuando un momento desaparece otro
entra en existencia, y así sucesivamente. No hay tiempo como tal. Sólo el
momento atómico existe.
Los árboles no desean nada. No desean florecer,
las flores brotan automáticamente. Es parte de la naturaleza del árbol el que
lleguen las flores, pero el árbol no está soñando, el árbol no se está
moviendo, no está pensando, no está deseando.
No habrá tiempo, sólo momentos eternos, si el
hombre no está allí. Creas el tiempo al desear. En tanto mayores deseos anheles,
más tiempo necesitaras.
Cuando está ahí, sólo puede hacerse una cosa:
vivirlo, eso es todo. Es tan pequeño que sólo puedes vivirlo, pero es tan vital
que te da la vida.
Es como el átomo, tan pequeño que no puede ser
visto. Sólo puedes ver las consecuencias como la explosión atómica. Nadie ha
visto al átomo con sus propios ojos. No hay instrumentos todavía para poder
verlo.
El tiempo es atómico, este momento es también
atómico. Nadie lo puede ver, porque en el momento en que lo ves, se ha ido. En
el tiempo que lleva verlo, se ha ido; el río ha fluido, la corriente se ha
movido y nadie ha visto al tiempo. Sigues usando la palabra
tiempo, pero si alguien insiste en tener una definición te sentirás
perdido.
Alguien pidió a San Agustín, "Define
a Dios. ¿Qué quieres decir con la palabra Dios?".
Y Agustín dijo, "Es como el tiempo.
Puedo hablar de él, pero si quieres una definición no puedo dártela".
Y
sigues preguntando a la gente, "¿Qué es
el tiempo'!". Y
ellos miran
sus relojes y contestan, pero si realmente preguntas, "¿Qué es el
tiempo?", si pides una definición, los relojes no sirven de nada.
¿Puedes
definir el tiempo? Nadie lo ha visto, y no hay forma de verlo. Si buscas, se ha
ido, si piensas, no está ahí. Cuando no piensas, cuando no buscas, cuando
simplemente eres, está ahí. Lo vives. Y San Agustín está en lo cierto: Dios puede
ser vivido, pero no visto. El tiempo puede ser vivido, pero no puede ser
visto. El tiempo no es un problema filosófico, es existencia!. Dios tampoco es
un problema filosófico, es existencia! Hay gente que lo ha vivido, pero si
insistes en una definición, permanecerán callados, no pueden contestar. Y si
puedes permanecer en este instante, las puertas de todos los misterios se
abrirán.
No anheles; tan sólo sé. Ni
incluso busques; sólo sé. No pienses. Deja que este momento permanezca ahí, y
tú en él, y de repente lo tendrás todo, porque la vida está ahí. De repente
todo empieza a descender sobre ti, y entonces este momento se vuelve eterno y
ya no existe el tiempo. Es siempre el ahora.
Nunca acaba, nunca empieza, pero entonces estás en él, no afuera. Has penetrado el todo, has reconocido quién
eres.
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