Dios te bendiga
Dios te bendiga….hermosas palabras alojadas en uno de mis rincones
virtuales.
El corazón alberga infinita sabiduría
y ternura para desplegarse mundialmente mediante esta frase: dios te bendiga. Fueron palabras tocadas por mi mirada, quienes hoy me dictaran un acto de agradecimiento.
Dios habita mi alma y ha sido mi guía desde el instante de nacer. Durante
la infancia lo respiraba....lo miraba...y temerosa me acercaba bajo contactos que
la amada familia ponía a mi alcance.
Fue durante la adolescencia cuando lo
olvide momentáneamente….o quizás, era él con todo su esplendor reflejado en una
de sus hijas.
La cultura que me envolvía en esa
época lo nombraba constantemente y yo solo me dejaba llevar. Daba por hecho que
lo perdía de vista. Es decir ya no lo sentía
tan solo me dejaba regir por otros.
Así llego el esplendor y el placer
conjugado con la deliciosa sensación de libertad donde solo imperaba el
presente. Era una época libre de utilitarismo, del pasado.... y el futuro no tenía cabida
en mi corazón, solo me deleitaba con el inmenso paraíso que se abría ante mí. Edad
donde las ilusiones y la belleza se despliegan con todo su esplendor reflejado
en oleajes de alegría. Guau, el solo hecho de recordarlo fortalece mi corazón. No
hacía falta preguntar dónde estaba Dios. Era Dios con toda su magnificencia desplegado
en una de sus hijas.
Llegaba el momento de regir mi
vida al lado de un hijo y una pareja….y entonces iniciaron a brotar de mi boca
estas hermosas palabras: Dios te bendiga.
-palabras que inundan mi corazón y
se despliegan en el infinito-.
Entré a la vejez y la experiencia
me recuerda que tuve entre mis manos el paraíso
y lo deje ir. Pues me invadieron paradigmas culturales llevándome a vivir solo de sensaciones
externas y atrapándome cual cárcel de tiempo, mis actos se regían por lo que me
dictaba el mundo exterior donde el corazón no tiene cabida para mentes débiles o
ridículas. Debía de sufrirle para obtener el utilitarismo como todo paradigma que
te marca para ser alguien en la vida.
Dios gracias por rescatarme…he vuelto.
Y sin ánimos de estropear mi
texto con negatividades solo citare:
“tres décadas de vivir exteriormente, me dieron la lección para no
perderme en el utilitarismo”.
Dios une corazones bajo estelas
de humanidad y cuando abres las puertas del alma para vivir en un paraíso alejado
de la maldad y la destrucción concibes la esencia de Dios.
Hoy vivo deleitándome para compartir actos
que engrandecen el alma y fortalecen el espíritu, me encamino a lo que un día sentí: “el
paraíso terrenal”.
Remo con gran fortaleza para no
invadirme por la mente quien aún conserva viejos paradigmas...y amorosamente me
refugio en mi corazón quien ilumina mi camino para retornar a casa donde me espera
Dios
Dios bendiga toda mirada que toque las letras de una mujer que vive en
la nada.
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