centrada en la vida


Lo más difícil, lo que es casi imposible para la mente es permanecer en el medio, permanecer en equilibrio. Y moverse de algo a su opuesto es lo más fácil. Moverse de un ex­tremo al extremo opuesto es la naturaleza de la mente.

La men­te siempre suspira por lo distante, nunca por lo próximo. Lo cer­cano te aburre, te harta; lo distante te proporciona sueños, espe­ranzas, posibilidad de placer. Por esto la mente siempre suspira por lo distante. Siempre quieres parecerte a otra persona porque es mas poderosa o más hermosa; es siempre la casa de alguien la que te obsesiona; es siempre el coche de alguien el que te fascina. Siempre es lo dis­tante lo que te lleva de un polo a otro. Estás ciego a lo próximo. La mente no puede ver lo que es­tá muy cerca. Sólo puede ver lo que está muy lejano.
¿Y qué es lo más lejano, lo más distante? Lo opuesto es lo más distante. Amas a una persona, ahora el odio es lo más leja­no; estás excediéndote comiendo, ahora el ayuno es lo más dis­tante; eres célibe, ahora el sexo es lo más lejano; eres un rey, ser un monje es lo más lejano. 
Lo más distante es lo más ensoñador. Atrae, obsesiona, sigue llamando, invitándote, y cuando has alcanzado el otro polo, el lu­gar desde dónde te has desplazado vuelve a ser atractivo de nue­vo.
Un piloto que volaba sobre California con un amigo. Le dijo al amigo: "Mira abajo a este hermoso la­go. Yo nací cerca de él; “ese es mi pueblo".
Señaló un pequeño pueblecito colgado de las colinas cerca del lago y le dijo: "Nací allí. Cuando niño solía sentarme en la orilla del lago a pescar; el pescar era mi hobby. Pero en esa época, cuan­do era niño y paseaba en el lago, los aviones solían surcar el cielo sobre mi cabeza, y soñaba que un día sería piloto, soñaba que pilotaría un aeroplano. Ese era mi único sueño. Ahora se ha realizado y ¡qué desgracia! Ahora estoy continuamente mi­rando abajo hacia el lago y pensando cuando podré retirarme y pescar de nuevo. El lago es tan hermoso...”.
Así es cómo ocurre todo. Así es cómo te suceden las cosas. En la infancia, ansias volverte mayor porque los mayores son más poderosos. Un chico desea crecer inmediatamente. Los mayores son más sabios, y el niño siente que haga lo que haga siempre es­tará mal. Y pregúntale entonces al viejo -el siempre creerá que cuando se fue su infancia todo se perdió; el paraíso estaba allí en la niñez. Y todos los ancianos mueren pensando en la niñez, la inocencia, la belleza, la tierra de ensueño.
Tengas lo que tengas parece inútil, todo lo que no tienes pare­ce útil. Recuérdalo... pararse  en el centro de tu mente es estar en  equilibrio con tu vida.

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