Costa Esmeralda


Pareciera que la rueda de la vida me lleva irremediablemente a pisar  los caminos que recorrieron mis seres amados. Costa Esmeralda es el efecto que surgió ante el deceso de dos almas cuya única  ilusión fue fincar un negocio en forma. Palabras de una madre que nació con el comercio en la sangre. Solo  la pureza del amor hace milagros y lo saben aquellos que formaron parte de mi vida y hoy conocen la muerte. No me entristece pues me dieron la oportunidad de respirar de cerca la muerte y abrazarla medularmente hasta aceptarla. Conozco la vida, me falta por conocer la muerte. Es la vida quien guía a mis dedos para plasmar bajo el dictado del corazón como surgió esto que se llama; “Costa Esmeralda”.
Mi madre siempre había deseado tener un negocio en forma, sin embargo por aras del destino le llego primero la muerte. Continúo su sueño el más pequeño de los hermanos, fincando de entre muchos de sus negocios, un restaurante llamado la “Jaiba Brava”, y el día que inauguro su negocio recabe los deseos de sus hermanos para entregárselo. Dicho escrito jamás llego a sus manos, pues falleció al poco tiempo de haber erigido su negocio. Nunca se imagino que él seguiría a mi madre truncando deseos, sueños o como se le quiera llamar.
De ocho hermanos, tres hermanas nos manteníamos alejadas de la actividad familiar que era el comercio, sin embargo había que participar de vez en cuando. Me recuerdo a temprana edad vendiendo cerveza en las carpas de las ferias y cuan odioso me resultaba estar vende que vende cerveza, así mantenía mi adorada madre a sus ocho hijos. Hoy que lo plasmo contrario a avergonzarme me resulta un orgullo decir; “tengo experiencia en vender cerveza, jejejejeje”, y si me tomo una, la migraña me invade en la inmediatez…la vida se burla de mi jajaja, en fin continuare.
Tomada la decisión de construir un nuevo negocio, las tres hermanas estábamos listas para iniciar lo que sería nuestra experiencia en materia de: visualizar, planear, echar a andar, controlar e impulsar un restaurant dando inicio a  erigir nuevamente el sueño familiar… y la rueda de la vida continuaba girando,
Fue como una gran tormenta donde solo el espíritu nos mantenía erguidas. Pues las penumbras se apropiaban de los pocos ladrillos que aun sostenían la casa que una vez habitamos ocho hermanos y que hoy se desbarataba. Ahí estaban los restos de lo que había sido un hogar y un intento de negocio.
Solo tres mujeres al unisonó uníamos fuerzas, energía, coraje y un gran principio de familia que era como nuestro faro: la honestidad, y bajo este valor cualquier obstáculo se puede derribar cuando es real. Nos concentrábamos para volver a erigir a corto plazo  lo que algún día había sido un sueño familiar y,….hoy se llama: Costa Esmeralda.
Cuando llego a este pedacito de espacio parece que me reciben sus magníficos muros, su altura impresionante y la pureza del blanco con verde que ya es parte de nuestra imagen. Es una realidad, solo queda seguir encumbrando metas, para dar saltos de comercio a empresa y de paradigmas añejos a visualizar metas visionarias y emprendedoras…cbf

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