Ráfagas de Luz
A veces uno no sabe cuándo él va hacerse presente. A veces uno no sabe cuándo él lo va a dejar a uno impregnada de sorpresa, alegría e infinita paz. Maravillosos instantes de los que uno se queda prendada de por vida. Y digo de por vida porque he experimentado más de una vez este tipo de presencias celestiales dejándome realmente dichosa. En estos instantes aún rememoro aquella ráfaga de luz a punto de tocar la punta de mi nariz, asombrosa sensación que me dejo impregnada de una energía inexplicable. Sentirlo tan de cerca, empaparme de sus celestiales vibraciones, conectarme en automático con él es resultado de activar mi fuente de vida. A veces uno no comprende porque el cuerpo se impregna de pesadez, se torna adolorido, los pensamientos van y vienen atolondrado la cabeza y el bondadoso corazón solo se mantiene a la expectativa esperando ser rescatado por su dueña, basto una ráfaga de luz para que esta mujer pasara de un estado a otro. Hablo de los prodigios que uno llega a log...