Sentarte, en silencio y buscar los sitios mas remotos en tu interior te lleva irremediablemente a la profundidad. Eres un universo vasto. Hay dos movimientos de energía en tu interior: una es horizontal y la otra vertical, igual que la cruz cristiana. Y la cruz cristiana es, en verdad, el símbolo de esto. Una es horizontal: vas de un pensamiento a otro, de A a B, de B a C, en forma horizontal. Después, hay otro movimiento de la energía: no vas de A a B, vas más profundamente en A, de A1 a A2, a A3; o en forma vertical, o más alta, pues todas estas denominaciones aluden a lo mismo. Observa la cruz en que Cristo fue colgado. Tiene dos postes: uno es horizontal y en él fueron clavadas las manos de Cristo. Este poste es el tiempo común, el vivir cerca de la ruta, el vivir en el mercado, el vivir cerca del cruce de caminos. Y después, la profundidad. Todo su cuerpo está sobre el poste vertical. Éste adquiere más y más profundidad. Cuando vas a nadar, nadas en l...
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