Origen

El origen es como un darme cuenta de lo que me pertenece, de aquello con lo que un día llegue a esta tierra. Y ello no requiere de alusión alguna por el simple hecho de mirarme, sentirme y descubrirme eso habla de mi todo, habla de mí Ser. El origen es prueba fehaciente del bagaje espiritual y celestial donado a mí Ser y llega hacer maravillas si uno está en perfecta armonía con los sentidos. Es como si aun estando dentro del caos el alma sigue brillando, siendo por dentro porque se encuentra lucida, centrada, sintiendo gracias al hecho de estar en perfecto equilibrio. El equilibrio por el contrario exige un colosal esfuerzo para no perderse entre la abrumante contaminación que brota por doquier y la apacible serenidad que proveen los sentidos. Justo en este instante que lo escribo el ruido, las interferencias y hasta sonidos anormales insisten en bloquear mi inspiración y es justo ahí donde requiero del equilibrio perfecto. Por un lado para no desistir y por otro para no permitir que la inspiración se evapore, en especial para lograr la perfecta armonía que demanda el corazón, por ello hablo del equilibrar los sentidos, situación que exige una total entrega del todo, del “Ser” contrario a ello uno se pierde en cuestión de instantes entre las abrumantes interferencias que lo sacan a uno de contexto. La meditación ha sido el recurso que me ha llevado a una entrega total...al equilibrio. Ahora mismo medito, sumergida entre el barullo y el hecho de hacerlo lo llamo; acto supremo porque demanda una suprema entrega para no perderme. Acto que inicie hace poco y tengo la fe de alcanzar su máximo esplendor. 
No me cabe duda que meditar es la llave de la dicha aquella de la que tanto hablo y la hablo porque la he experimentado, sentido y mirado en Dioses por ello mi entrega y disciplina para lograr meditar a su máxima expresión pues sé que me ha sido conferida. Conferida porque no me cabe duda que hombres y mujeres tenemos la libertad de vivir en plena armonía con uno mismo y no acepta mi cerebro mirar desastres corporales por doquier si tenemos al alcance la solución; meditar solo hace falta querer hacerlo, pero en fin me apacigua la esperanza de que esas almas algún día se rescataran por ellas mismas. Meditar para mí es una cuestión de prioridad porque no existe mayor placer que Ser uno mismo.
El origen ahora mismo se despliega para dictarme el que hacer. Hace buen tiempo que deje de pensar en el que voy hacer o que va ser de mi vida, incluso; ¿cuál es mi plan de vida? Cuestionamientos que dejaron de tener sentido para mí porque me desgastaba innecesariamente pensando y pensando en el futuro, planeando abrasivamente proyectos de vida, organizando nuevas ideas hasta que llegó un momento de dejar todo en santa paz, solté tanta ansiedad y premura y no es cuestión de darme por vencida no, tampoco habla el ego para justificarse no, por el contrario habla el origen, habla quien me lleva de la mano por el camino que he de seguir, habla quien siempre me habito, solo necesitaba aclarar la mente para mirarlo, sentirlo y dejarme guiar hacia el destino que ya estaba delineado para mí. Permito que él se manifieste, me lleve de la mano, invada mis sentidos de su celestial esencia, lo sigo... es como si alguien angelical me llevara por la ruta de la cordura para hacer lo que debo hacer. Es como si desintoxicara mis sentidos para pensar inteligentemente y aprovechar al máximo mi cerebro y por si fuera poco le imprime a mí Ser pasión para no claudicar.
Así veo el origen desde una perspectiva límpida, transparente y coherente. Tan coherente que las habilidades e inteligencia se multiplican y me sorprende el potencial que me habita gracias al descubrir el origen, mi origen. Y no es solo mío, todo Ser en este mundo tiene su propio origen, su propio legado sin cuestionamiento, condición o precio alguno solo es cuestión de arriesgarse a ir por él.

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