El único problema con la tristeza, con la desesperanza, con la ira con la desesperación, con la ansiedad, con la angustia, con el sufrimiento, es que tú quieres desembarazarte de ellos. Esa es la única barrera. Tendrás que vivir con ellos. No puedes simplemente escapar. Son la situación misma en la que la vida ha de integrarse y desarrollarse. Son los retos de la vida. Acéptalos. Son bendiciones disfrazadas. Si quieres escapar de ellos, si quieres liberarte en alguna forma de ellos, entonces surge el problema. Debido a que quieres desembarazarte de algo, nunca lo observas directamente y luego eso empieza a ocultarse de ti porque tú lo condenas entonces eso se va desplazando más y más hacia el inconsciente, se esconde en el rincón más profundo de tu ser donde nunca podrás encontrarlo. Penetra en la misma base de tu ser y ahí se oculta. Desde luego, cuando más profundo penetra, más problemas crea porque entonces empieza a funcionar desde puntos desconocidos de tu ser y tú estás tot...
No puedes pensar en nada más que en el pasado. El futuro no es nada más que el pasado proyectado de nuevo, y ambos no existen. El presente existe, pero nunca estás en el presente. El hombre no es capaz de vivir con la verdad, necesita mentiras, vive a través de las mentiras, seguimos diciendo que deseamos la verdad, pero nadie la quiere. Nuestras mal llamadas verdades no son más que mentiras, hermosas mentiras, nadie está dispuesto a contemplar la realidad desnuda. La mente no puede entrar en el camino del Yoga, porque Yoga significa una metodología para revelar la Verdad. El Yoga es un método para llegar a una mente sin ensueños. El Yoga es la ciencia del aquí y ahora. El Yoga significa que ahora estás dispuesto a no desplazarte al futuro. El Yoga significa que estás dispuesto a no tener esperanzas a no saltar por delante de tu ser. El Yoga significa encarar la realidad tal y como es.
Uno ha de ganarse la oración reconciliándose con la existencia. Y reconciliarme con la existencia es una profunda entrega de amor en cada paso por tan bendita tierra. Orar para mí no significa postrarme ante un altar, persinarme en cada iglesia que cruza por mi camino o rezar trozos de palabras, quizá en el pasado llenaban mi corazón y eran como bálsamos para el alma, pero ya no es así. El tiempo y la vida me mostraron una nueva forma de orar, una forma suprema de oración. Orar es tocar la divinidad celestial que me convierte en mejor humana. Orar es ser consiente de mis actos. Mis actos que dan fe de mi verdad. Acciones sin ocultamientos, enmascaramientos o disculpas. Oro tocando las profundidades que me habitan, compenetrandome con la existencia. Orar es entregar a la existencia mis egoísmos para ser fulminados, es permitirme mirar al desnudo mi vanidad para pulverizarla, es desenmascarar el ego para erradicarlo, es abrirle las puertas a la hermandad para tocar la existencia, es ...
Mi vida por completo, mis emociones, sentimientos, intelecto, cuerpo, mente, alma todo se halla implicado, todo está en juego. Es la última aventura que juego.
Esto es lo que escucho cuando de escribir se trata , oda a la alegría , es el tipo de música que activa mi cerebro y alegra este corazón. Cuando encontré el dispositivo ideal para motivar mi cerebro, todo aquello que me dispongo a crear brota instantáneamente. Desde el instante que alerto mi cerebro para crear, la música va orquestando todo aquello que este cincelando, pincelando, dibujando o escribiendo. Ahora las letras armónicamente se van acompasando para integrar lo que será mi lienzo dos mil quince. Mis propósitos de este dos mil quince nada tienen de extraordinario, más bien diría que son de lo más ordinario y cotidiano. De la cotidianeidad retome el término “propósitos” que por cierto no he sido partidaria de ella, mucho menos de prometerme o fincarme propósitos, aunque me lea incoherente. Retomo el término; propósito , muy a propósito, para derrumbar de este cerebro tan antiguo paradigma que he venido escuchado cada inicio de año. Reto a mi cerebro a...
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