Familia

De todo lo que me cautiva, definitivamente son mis dos hombres: Roberto e Iván. Triada unida a una existencia divina, divina porque me esmero por ser respetuosa con ellos. Armoniosa unidad configurada virtuosamente porque cada que experimentamos desequilibrios, desfases e inconciencias oro por recuperar la estabilidad familiar, lograrlo ha sido la experiencia más sagrada que poseo, sagrada porque experimento a flor de piel como las almas retornan a la normalidad. Lo he experimentado, comprobado y ratificado hasta el dia de hoy. Tiempo, espacio y unidad viviendo y conviviendo en familia. Décadas aprendiendo, experimentando, gozando, respirando aprendizajes de todo tipo. Triada de tres almas persiguiendo sueños. Desde el momento de nacer Iván, Roberto y Yo nos sumergimos en la hazaña de ser padres. Vasta, aguerrida, aleccionadora y hasta retadora labor, términos que aluden a los inmumerables esfuerzos para no errar ni una micra cuando de criar a un hijo se trata. Titánica y satisfac...