Luz
La luz que irradia en casa no es obra de la casualidad, es el resultado de aguerridas entregas espirituales de quienes la habitamos.
Costo a esta mujer soltar el pasado ancestral para centrarse en purificar techo y paredes donde convivo, comparto y departo parabienes familiares.
Vida, fuerza y energía esparzo por doquier, en cada rincón de casa para ahuyentar cuanta baja densidad se cuele por puertas, rejillas o ventanas intentando traspasar las paredes de la espiritualidad que habita el hogar.Orgullo, beneplácito y confianza irradian en casa. Y me aferro a ellos para atraer la serenidad que alimenta la espiritualidad hogareña.
Activarme es como pedalear entre motas de luz avivándome, entregándome, atizando energía para hacer lo que ha de seguir. He de actuar si deseo poseer la luz de la conciencia.
Capacidad para Ser, Pensar y Actuar por pura conviccion es la huella que voy dejando por el piso que piso cual marca que perpetuara por siempre.
Comprendo el significado de sabiduría, se cómo ejercerla pero aún falta expiar mis fallas. Hablo de no cometer errores por inconciencias mentales. El secreto para encender la luz que me habita se halla en mi mente. Mi golosa mente que afortunadamente voy saneando, entendiendo y purificando.
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