Montón de letras

De un montón de letras surgió una creación. Un foco en mi cerebro se encendió hace más de un año…se encendió una “idea”. Una idea surgida durante una caminata, idea que he concretado. Esos son los pensamientos que amo recibir, aquellos que sirven para construir.
Una cosa es pensar una idea, hablarla o imaginarla, otra cosa es hacerla realidad. “Hacer”… para mi es materializar los deseos, ideas o pensamientos. Hacer es saltar el abismo, aquel donde se quedan atrapadas las almas que sufren la desesperanza porque no se atrevieron hacer lo que deseaban. Aun cuando la caída sea mortal, para hacer lo que se desea, la belleza de una idea concretada no se compara con la desesperanza. Por el solo hecho de “hacer” deduzco que mi Ser está invadido de células atrevidas, soñadoras y creadoras, no me canso de exponerlo, vale la pena ratificarlo. El atrevimiento es el peldaño de la creatividad por ello lo amo. En más de una ocasión varias de mis ideas no me han dejado tan plena como esta que acabo de concluir.  Un montón de letras que se fue alineando atendiendo al llamado de mi esencia y el resultado final es lo que me tiene chispeando de alegría porque me dejo...
  • Una sensata experiencia para visualizar una idea, tomar letras por doquier y darles  vida.
  • Múltiples frustraciones para iniciar, centrar la idea, descorrer letra a letra, añadirle ingredientes de honestidad, realidad y pasión.
  • Incontables intentos por generalizar y sintetizar una a una de las letras para tejer una malla de propuestas, sentimientos e inteligencia.
  • Brutal análisis para encontrar aquello que enturbiaba, obstruía y apocaba tan linda creación que iba tejiendo.
  • Estar alerta para sentir cerebro y corazón embonar al unísono cual maquinaria que no descansa para escribir y escribir hasta encontrar la última letra que daría el fin.
  • Sentir el delicado roce de la disciplina envolviéndome cual túnica que no deja nada a medias, en la lejanía, esperando o en el olvido.
  • Saberme capaz de tres fabulosas hazañas: yo, sentir los dones que me habitan, vivir en el instante.

Hace más de un año surgió una idea, hace más de unas horas concrete la idea. Me basto apilar un montón de letras para esculpirlas sagrada y religiosamente hasta concluir. La experiencia ha sido invaluable, como invaluable es mi corazón para seguir creando.


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