Discusiones tontas
Todas las discusiones son tontas, porque si
mantienes una actitud de confrontación nunca podrás entender al otro, todo
cuanto te diga será mal interpretado. Una mente decidida a ganar, a conquistar,
no puede entender. Es imposible, porque la comprensión necesita una mente no
violenta. Cuando intentas salir victorioso, estás siendo violento.
La discusión es violencia puedes matar con ella,
no puedes resucitar con ella. No puedes dar vida con ella, puedes asesinar con
ella. Las verdades pueden ser asesinadas mediante la discusión, pero no pueden
ser resucitadas, es violencia la actitud misma es violenta. En realidad no
pretendes la verdad, pretendes la victoria. Cuando el objetivo es la victoria,
puedes sacrificar también la victoria.
El objetivo debe ser la verdad, no la
victoria, porque cuando el objetivo es la victoria no eres un
hombre religioso. Eres agresivo, estás intentando de alguna manera subyugar
al otro, dominarlo y tiranizado. Y la verdad nunca puede convertirse en una
dominación, nunca puede destruir al otro. La verdad nunca puede ser una
victoria en el sentido de que has subyugado al otro. La verdad aporta humildad, en una discusión tú ganas o yo gano, la verdad nunca gana.
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