El amor
El amor es la luminosidad, la fragancia de conocerse a uno mismo, de ser
uno mismo. Es alegría desbordante. El amor ocurre cuando descubres quién eres;
entonces no puedes hacer otra cosa que compartir tu ser con los demás. El amor ocurre cuando te das cuenta de que no
estás separado de la existencia, cuando te sientes en una orgásmica unidad
orgánica con todo lo que existe.
El amor no es una relación, es un estado del ser, no tiene nada que ver
con nadie más. Uno no se “enamora”, uno es amor.
Y por supuesto cuando uno es amor, uno está “enamorado”; pero eso es un
resultado, una consecuencia; ese no es el origen del amor. Su origen es que uno es amor.
¿Y quién puede ser amor? En
realidad si no eres consciente de quién eres no puedes ser amor. Serás miedo.
El miedo es justo lo contrario al amor.
Recuerda, el odio no es lo contrario al amor, como la gente cree; el
odio es amor puesto boca abajo, no es lo contrario al amor. Lo verdaderamente opuesto al amor es el
miedo: en el amor uno se expande, en el miedo uno se encoge; en el miedo uno se
cierra, en el amor se abre; en el miedo uno duda, en el amor confía; en el
miedo uno se siente solo, en el amor desaparece; por lo que no es una cuestión
de soledad en absoluto. Cuando uno es, ¿cómo puede sentirse solo? Entonces
los árboles, los pájaros, las nubes, el sol y las estrellas están dentro de ti. El amor ocurre cuando has
conocido tu paraíso interior…
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