de la cabeza al corazón
Sentir es la vida verdadera. Pensar es ficticio porque siempre es acerca
de algo; nunca es la vinculación con la cosa en sí. No es pensando en el vino como te intoxicas,
sino bebiéndolo. Puedes ponerte a pensar
en el vino, pero con sólo pensar en él jamás te intoxicarás. Tienes que beberlo, y el beberlo sucede a través del sentimiento.
Pensar es un pseudo-actividad, una
actividad sustituta. Te da una
percepción falsa de que algo sucede, pero no sucede nada. Entonces pasas de pensar a sentir, y la mejor
manera será empezar respirando desde el corazón.
Durante el día, tantas veces como te
acuerdes, simplemente respira profundamente.
Siente cómo la respiración golpea justo a mitad del pecho. Siente como si toda la existencia estuviera
fluyendo hacia tu interior, en el lugar donde está el centro de tu
corazón. Varía según la persona; en
general está hacia la derecha. No tiene
nada que ver con el corazón físico. Es
una cosa totalmente diferente; pertenece al cuerpo sutil.
Respira profundamente, y siempre
hazlo al menos cinco veces. Inhala y
llena el corazón. Sólo siente en el
centro la manera en que la existencia está fluyendo a través del corazón. Vitalidad, vida, lo divino, la naturaleza:
todo está entrando.
Entonces exhala profundamente, otra
vez desde el corazón, y siente que vuelves a lo divino, a la existencia, todo
lo que se te ha dado.
Hazlo varias veces al día, pero
siempre que lo hagas respira cinco veces seguidas; esto re ayudará a pasar de
la cabeza al corazón.
Te volverás más sensible, más
consciente de muchas cosas de las que no lo estabas. Vas a oler más, gustar más, tocar más. Vas a ver más y a oír más; todo se volverá
intenso. Entonces muévete de la cabeza
al corazón y todos tus sentidos se volverán luminosos de repente. Sentirás cómo la vida realmente vibra dentro
de ti, lista para saltar y fluir...cbf
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