Pensamientos que enferman


Recién me he dispuesto a revisar mis pendientes virtuales y a medida que avanzo recuerdo que tengo el pendiente de escribir en mi blog. Este dulce blog que nació alocadamente y que hoy se ha convertido en mi confidente.  Imbuida en serenidad, concentración y  actividad de pronto me levanto para abrir un libro y elegir al azar una trozo de letras y al abrirlo leo lo siguiente; “el problema no son los pensamientos, el problema es no tomar conciencia de ellos” Que libro era? Quien lo escribió? Cuál era el titulo? no  interesa, mi interés se centra justo en ese trozo de lectura que ha venido a refrescar mi búsqueda cual divina ancla del día. Los pensamientos enferman. Efectivamente los pensamientos enferman a cualquier mortal y esa es precisamente la búsqueda que llevo recorriendo por varios años y es increíble como a uno le puede llegar la respuesta en microsegundos. Exquisita medicina que me hace consiente de ellos, gracias a las letras de un autor quien me vino a poner alerta, consiente mostrándome un ingrediente más en mi camino de búsqueda. Gracias a estas  dosis de lectura mi corazón ha ido sanando y lo logro mediante un impresionante trabajo emocional que sanean alma y espíritu.Tiempo atrás trataba de erradicarlos, distraerlos y hasta olvidarlos, pero eso no funciona es como alimentar a la mente, mi mente que solo espera alimento del exterior para volverla imparable. Cuando eso sucede solo me dispongo a mirar mis pensamientos, ser consiente de ellos  y descubrir como brotan cual bólidos, impulsivos  o testarudos. La gran diferencia es que ahora mi corazón se detiene a mirarlos, solo a mirarlos sin hacer nada, una y otra vez, una y otra vez. De pronto surge lo inesperado; ellos, los pensamientos se desvanecen, se escabullen. Esa es mi faena diaria hasta entrar en meditación y cuando me voy a dormir parece que dios me arrulla entre sus brazos. Descubrir como uno es capaz de soltar los pensamientos es sentir la salud emocional. Ahora comprendo como llegue a enfermarme en el pasado y para curarme me basto centrarme.  Un trozo de letras afinaron mi búsqueda dejándome anclada en el cómo continuar. Este día fui capaz de mirar a la mente invadiéndome de pensamientos una y otra vez y quedara grabado en mi corazón que hoy  tuve la valentía  de desvanecerlos hasta entrar en meditación. Ahora mismo mi cerebro se vuelve más lúcido, más creativo, más analítico. Al sanear mi mente permito al cerebro leer un exquisito libro o lavar trastes,  de eso se trata mi vida, de ir de un extremo a otro sin anclarme en banalidades que solo deterioran el alma. Guau parece que una cubetada de paz cae en las profundidades del alma. 

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