Proyecto de vida
Un proyecto de vida resulta ser ilusorio o pasajero si no se tiene la
inteligencia para saberlo encauzar, para no quedarse atrapado en las falsas
ilusiones del hubiera. Uno vive en un
ritmo de vida donde los falsos caminos tienden atraparnos o abrirnos las puertas
hacia un crecimiento real cuando de proyectos
se trata. Ayer me acerque a una librería para mirar libros y ahí encontré a mi
autor favorito, Edward De Bono, de quien amo sus excelentes letras que invitan
a ser diferente. De hecho él ha sido uno de mis motivadores al cambio y soporte
de varios proyectos de vida que he debido emprender. Cuando tuve entre mis
manos su libro; “más allá de la competencia” me pudo encantar leer tan basto despliegue de alternativas en sus
letras, en la contraportada del libro se leía; el mundo de ahora ya no es competir, el mundo de ahora es sentir. Me
sentí tan identificada con tan bellas letras que termine comprando el libro.
Así son las letras que me apasionan, esos son los hombres que me dejan cimbrada
para aventurarme al cambio y aquel libro promete ampliar mi bagaje intelectual,
abrir mi espectro cuando de proyectos de vida se trata. Por otro lado la
experiencia me dice que cuando uno emprende un proyecto de vida, si no se está anclado
en la vida misma aprovechando los dones que nos fueron heredados y las hermosas
cualidades que nos pertenecen, uno termina tirando cuanto proyecto se intente
emprender o dejando en el olvido el vasto potencial que nos fue legado. En
muchas ocasiones he expresado que un proyecto de vida inicia con uno mismo de
no hacerlo así todo intento de cambio se ve frustrado porque uno no se
posee, no se sabe a dónde ir o se encuentra perdido. Me ha sucedido que cuando debo
emprender algo, solo sé que lo inicio, lo continuo y concluyo así de simples
son mis proyectos de vida. Cuando mi corazón siente que es el camino correcto,
avanzo y avanzo armándome de todos mis dones,
perfeccionando cuanta habilidad me pertenece, jamás claudico son mis
ingredientes secretos para ir cristalizando proyectos de vida. Visualizo betas de crecimiento y ahí construyo,
voy más allá de un proyecto de vida, saboreo mis creaciones, me siento a
dibujar pacientemente mis acciones desde una situación casera, hasta un diseño
que demanda inteligencia. Para mí eso es cincelar
paciente y meticulosamente proyectos de vida. Ahora mismo voy cristalizando
un proyecto que surgió por allá del 2000 en un viaje de familia. La idea broto
en mi mente, el nombre surgió de Roberto; “Crece Bebe” y la innovación la crea Iván.
Se inició a vender en pequeños paquetitos para ser entregados, más tarde
paso a ser video y fue por el 2011 cuando el proyecto se trepo a internet bajo
incesantes oleajes. A catorce años de su surgimiento una idea se convirtió en un
proyecto de vida y hoy es un negocio que crece segundo a segundo, es una marca
registrada, una marca donde vendo mis servicios
profesionales. Ahora me encuentro sumergida en una nueva faceta de negocios,
consolidando una marca que nació inspirada por la vida, bajo una atrevida
hazaña que va cristalizándose divinamente. Se emprender en el aquí y ahora, yo
misma soy un proyecto de vida. Soy Consuelo y amo ser.
PD: Mi profundo agradecimiento y extensivo reconocimiento a una hermosa niña
de Sevilla España; Karmen Quesada creadora de mi nueva imagen.
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