Por allá del 2008 empezó a contactar conmigo. Durante el 2010 su presencia era insistente, pasaron los años y lo seguía mirando por aquel entonces no comprendía sus mensajes solo me ponía como loquita por mirarlo. Al correr los años su compañía ya me era familiar, llegaba a casa, se quedaba quietecito, bajaba a mi zotehuela y me volvía loca de contenta por tan majestuosa conexión. Casi cierro 2017 y no solo baja a mi zotehuela, camina conmigo por donquiera que voy. Conozco con exactitud sus mensajes, amo los designios que me deja.