Ser

El prodigio que llego a cambiar mi vida, se plasma en tres letras: Ser...palabra corta, simple y de un tremendo poder; Ser, directa, sin rodeos o empalagamiento alguno. Palabra que destila una poderosa sensación de paz y serenidad. "Ser en este mundo". Y adentrándome a lo sutil del Ser confieso que para llegar a el requerí de un valeroso trabajo. Valeroso porque fue necesario derrumbar miedos ancestrales que imantan a cualquier Ser. Valeroso porque fue entregarme en cuerpo, mente y alma para enfrentar la tiranía de quien no me permitía desenmascarar los miedos que me imantaban; el cerebro. Y le llamo tiranía porque el cerebro se vuelve tan terco que inconscientemente me decía que debía tener miedo, que debía temblar de miedo o apanicarme ante cualquier suceso amenazante por ello le llamo tirano, y desenmascararlo para abrirle paso a lo angelical de mi Ser requirió de una poderosa valentía. Finalmente se ha cristalizado en este cuerpo para emanar actos de verdadera vida. Actos que reflejan limpieza en el corazón, a eso llamo Ser valerosa, al poder de erradicar tan nefasto paradigma que llega a confundirse con la violencia, nada tiene que ver el ser valiente para vivir con sabiduría, a ser valiente para dañar a otros, el significado es diametralmente opuesto. Ser valerosa me demanda inteligencia para imbuirme entre la vida ataviada única y exclusivamente de mis dones. Ser valiente me demanda capacidad para mirar la rabia, el enojo o la tristeza transformarse en serenidad, traducirse en el poder que me eleva para mirar lo transparente de la vida, mirar al desnudo la realidad, son los juegos de palabras que se esconden entre la cotidianidad. Ser capaz de Ser, es la divinidad que vivo y no la dejare ir, seguiré trabajando en ella hasta dejar la beta cual diamante que siente y brilla. Pasando a la palabra; trabajo, ella no requiere de grandes esfuerzos para brotar de esta mujer siempre me he llenado la boca de tal palabra y ese es otro de mis pendientes; trabajar para cerrar la boca, dejar de ser parlanchina, dejar de hablar por hablar, tumbar palabras huecas, iracundas y hasta soeces que solo desenmascaran los restos de ira, eso es realmente encontrar el verdadero poder. Callar para mirar el espectro que envuelve infinidad de penumbras, callar para ver la realidad bajo la sagrada esencia del Ser, callar a uno lo vuelve casi invisible. Trabajar para Ser nada tiene que ver con lo material, tiene que ver con el abrigo de la fortaleza que me lleva hacia caminos de la oración y el sagrado amor que va mas allá de lo terrenal. Ser es elevar el  espíritu para recibir poderosos regalos cada amanecer. Así de simple es Ser para mí, por ello siempre aludo mi leyenda favorita; Soy Consuelo y amo Ser.

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